Qué quieres que te diga, la gente suele quejarse de no sentir nada. ¿Sí? Pues a mi me encanta, me encanta ser inmune a daños. Adoro que ya nada pueda sorprenderme. Lo siento si sueno fría, ya sabías que era la del corazón helado.
Pero ¿sabes? Antes quizá había algo de calor en mi, pero no, ya no. Ya estoy armada ante tus tonterías. Ya nada me afecta, te lo aseguro. Inténtalo, ya verás como fallas. Aunque a mi, a mi ya no me fallas, a mi ya me das igual.
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