domingo, 27 de febrero de 2011

Que te quiero.

 Sí, perdona si te llamo amor, cielo, cariño, feo,pequeño, niño, gordo, guapo, o como me de la gana. Perdóname, o no lo hagas. No me importa, sólo me importas tú, tú y sólo , porque estoy desbordando amor y gritaría al mundo que te quiero, porque te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero y te quiero.
Nada más que decir.

                                                                                                                                                    -C.

sábado, 26 de febrero de 2011

cicatrices.

Mira, aquí está mi corazón. ¿Lo ves? Ya, ya, no hace falta que digas nada. Ya lo sé, ya se que está mucho más pequeño y frágil que la última vez que lo viste. Sí, tócalo, mucho más frío ¿verdad?A veces se estremece, se asusta, es normal, ha sufrido tanto.
¿Que qué son todas estas cicatrices? Es divertido que me lo preguntes. Pues verás, ésta de aquí tan grande, la que lo cruza de arriba abajo, es de cuando te marchaste. Y la que lo remarca por el lateral de cuando descubrí que fue por otra. 
Ésta pequeñita de la noche que discutimos y cerraste dando un portazo. La de al lado, de los besos que me negaste. Ésta un poco más larga, de todas las promesas que nunca se cumplieron. Aquí está la de la boda que nunca tuvimos, y la del viaje que nos faltó por hacer.
Aquí está la de mis noches en vela aguantando tu silencio, y aquí en las que aguantaba tus gritos. Aquí, detrás, mira, está la de las veces que esquivaste mi mano, y en las que paseábamos por la calle como completos desconocidos.
Y bueno, hay algunas más insignificantes, como las llamadas que no cogiste, o las tardes que no te apeteció buscarme. Alguna fina como las miradas esquivadas, y otras como las veces que dormíamos cada uno en la otra punta de la cama.
Sí, ya se que está completamente lleno. A veces incluso pienso que no cabe ni una más, de lo cual me alegro, me alegro de tener un solo corazón, así sé que nunca más podré tener cicatrices. 
Porque, ¿sabes?, aunque siga sonriéndote, aunque aún desee besarte, en este mustio corazón tú ya no cabes.

-C

jueves, 24 de febrero de 2011

lunes, 21 de febrero de 2011

No me arrepiento de aquellos besos. Tampoco de los abrazos, de las caricias, de las miradas, y por supuesto tampoco de los "Te quiero" a todas horas. 
No, no me arrepiento de los regalos, de las cartas, de las llamadas, o de las escapadas a ninguna parte.
Tampoco lo hago de las mentiras que contamos para poder huir juntos, que desencadenaban en miles de placeres y sonrisas indescriptibles de las que tampoco me arrepiento. No me arrepiento de ningunos de nuestros planes de futuros. De cómo sería nuestra casa, o cómo se llamarían nuestros tres hijos.
Y es que no me arrepiento de un sólo minuto de los que pasamos juntos. Incluso podría decir que no me arrepiento de los gritos, de las lágrimas, de los insultos. No, de eso tampoco, al fin y al cabo siempre nos llevaron a la reconciliación.
Pero ¿sabes? hay algo de lo que sí me arrepiento. Me arrepiento de las noches que pasé sin dormir pensando en qué hacía mal. De los días sin salir de casa entre lágrimas sin tener noticias tuyas. De las veces que pedí tu amor sin respuesta. Me arrepiento del tiempo que perdí tratando de encontrar una respuesta, tratando de saber por qué ya no me querías. Qué hacía mal. En qué fallaba. Me arrepiento de pensar que era yo la culpable.
Pero ahora, ahora echo la vista atrás y se que no fue así, que fue tu egoísmo y orgullo lo que destruyó todo lo que construimos. 
Así, sólo me queda decirte gracias, gracias por hacerme sentir mal cuando tú sabías que era tu culpa. Cuando tú sabías que me hacías daño con tu silencio. Muchas gracias por aquellas noches rotas que pasé sola, gracias  por todo. Pero sobre todo, gracias por hacer que haya aprendido, gracias por hacer que no vuelva a caer, o eso creo.

miércoles, 16 de febrero de 2011

-

Fue a hacerse la manicura, como cada mes. Entró por la puerta, y allí estaba la señora que le hacía las uñas, una mujer de unos cincuenta y cinco años, un poco rellenita, pero con una bondad indescriptible.
Pero, no fue como un día cualquiera. Una llamada inesperada irrumpió la monotonía de la cita.
-Vaya.. es importante, ¿me disculpas? ¿tienes prisa?
-No, no te preocupes, habla. -Parecía importante, sospechó que sería algún amor, por su tonta sonrisa.
Al volver, la dependienta desprendía tanta tristeza, parecía tener un vacío tan grande.. Que supongo que tenía que desahogarse, y lo hizo con ella, con una clienta de diecisiete años que no conocía de nada.
- Me ha dejado.-Comenzó ésta. La joven no sabía que decir, así que opto por callar, se dedicó simplemente a escuchar.
-La verdad, tampoco me sorprende, él es así de extraño. Pero no sé, después de cuatro años me duele. Yo le quiero como a nadie, ¿sabes?, más que he querido a mi marido. Con él, es como si tuviese de nuevo quince años. Estoy enamorada como una cría. Pero, nuestra balanza estaba desajustada. Yo daba demasiado y el apenas nada. Aunque con él sufro y lo paso mal, es peor aún no estar juntos.
Me ha dicho de quedar el sábado para que recoja mis cosas de su piso.. Se que es una excusa para vernos. Y no voy a poder evitar echarme a sus brazos.. Lloraré y le preguntaré por qué. Intento ser fuerte pero él es mi debilidad. Es un hombre guapísimo, ¿sabes? Es francés, se llama Patrick, y tiene ese encanto que caracteriza a los franceses. Es perfecto, lo adoro. Quiero pensar que me quiere, que no se conformó conmigo porque sabe que no va a encontrar nada más. En realidad no lo hará, no encontrará nunca a nadie que le quiera como lo hago yo. Puede que le divierta más en la cama, pero no le dará el cariño que yo le daba.
Tú eres joven, puedes encontrar a más chicos, ¿pero yo? yo no me volveré a enamorar, y aunque pudiese nunca lo haría como lo estoy de él.
Pero bueno.. no se cómo acabará todo esto. En fin, ¿manicura francesa?
-Sí, como siempre.
-Vale.
Y sin más, ella terminó su trabajo y la joven se marchó atormentada por su historia. Se preguntó si alguna vez sabría como terminó. Pero lo que más le horrorizaba era darse cuenta de que el desengaño, el dolor, los corazones rotos, no tienen edad. Temía que le persiguiesen de por vida, como a aquella pobre mujer.

bang bang, you're dead

   
Qué quieres que te diga, la gente suele quejarse de no sentir nada. ¿Sí? Pues a mi me encanta, me encanta ser inmune a daños. Adoro que ya nada pueda sorprenderme. Lo siento si sueno fría, ya sabías que era la del corazón helado.
Pero ¿sabes? Antes quizá había algo de calor en mi, pero no, ya no. Ya estoy armada ante tus tonterías. Ya nada me afecta, te lo aseguro. Inténtalo, ya verás como fallas. Aunque a mi, a mi ya no me fallas, a mi ya me das igual.

lunes, 14 de febrero de 2011

The girl with the broken smile

Ella se disponía cada día con una sonrisa. La gente la conocía como una chica alegre, con una vida corriente, y sangre caliente recorriendo sus venas. Parecía feliz, pero eso es lo que la gente veía, lo que parece.
No le molestaba que su sonrisa fuese un simple dibujo en su rostro, ni que la gente no supiese ver que era algo ficticio. Bueno, a ella nunca le molestó lo que la gente pensaba. Pero sí lo que él pensaba. 
Él también la veía como la chica de la sonrisa. Y lo era, era la de la sonrisa rota.
Al fin y al cabo, era culpa suya, era ella la que se había presentado disfrazada con ese disfraz tan suave al tacto que ni siquiera podrías apreciarlo al recorrer su cuerpo en caricias. Ese disfraz de felicidad que sólo se permitía arrancarse en la soledad.
Su tristeza le enseñó a no buscar a su antónimo, a no buscar esa felicidad completa, pues sabía que era perder el tiempo en vano, y por ello guardaba en su pequeña y fría cajita llamada corazón los pequeños placeres, las esporádicas sonrisas, los efímeros cosquilleos. Guardaba todo esto con la esperanza de que algún día ese disfraz de felicidad fuese adaptándose a la piel en su justa medida, hasta conseguir ganar ese pulso y que al menos alguna de sus sonrisas fuesen sinceras, y no tuviesen ese eco en su interior que sólo ella podía escuchar. Y sí, estaba dispuesta a esperar a que algún día la felicidad apareciese por detrás y le diese un susto de esos que te quitan el aliento.




PD: Feliz día de San Valentín(IRONÍA).

-C.

domingo, 13 de febrero de 2011


              Sonrío y luego me salen agujetas.
      Já, ¿por qué no me sujetas la sonrisa con chinchetas?




 -C.

sábado, 12 de febrero de 2011

Damn it.

Y es que quieres ver que todo va bien, que ya nada es como antes, que ahora todo es de verdad. Pero no intentes engañarte, tienes dentro esa mancha negra que sabes que se ira expandiendo, mordiéndote poco a poco el corazón, y algún día te quebrará y desgarrará ese amor que estabas dispuesta a vivir.
+Y lo peor de todo, es que sabes que esa mancha, no la has creado tú, que sólo él puede hacer que desaparezca, y no parece estar por la labor.


-C.

miércoles, 9 de febrero de 2011

ouch.





¿Sabes de esos días en los que no paras de pensar?, ¿en lo que tu cabeza no para de dar y dar vueltas?
La gente suele quejarse de ellos..
Pero eso es porque aún no conocen en los que eres incapaz de hacerlo. Tienes la mente tan nublada..
Y te duele pensar.


-hate it.
C.

viernes, 4 de febrero de 2011

martes, 1 de febrero de 2011

cosas de esas reales

Sí, hay cosas que puedes tener muy claras. Es muy fácil saber que adoras el helado de fresa, el frío que hace por las mañanas de invierno, o quedarte en casa los dómingos. Es muy fácil saber lo que a ti te gusta, es muy fácil saber que le quieres. Saber que pasarías tu vida con él, con sus defectos y manías, con sus tonterías y costumbres. Sí, tu puedes estar segura de que él es esa persona, de que nunca te cansarás de quererlo, pero, dentro de ti te atormenta no ser tú quien controle sus sentimientos. Te horroriza no saber si él siente con la misma fuerza que tú, no saber si él no es sin ti.
Sientes rabia cuando ves que eso no puedes manejarlo, manipularlo a tu gusto, no puedes decir: -Vamos a ver ésta película, luego pasearemos por la playa,  y por último me querrás para siempre como lo hago yo.
No, éste tipo de cosas llevan otras reglas. El amor está lleno de excepciones, y una de ellas es que no te pertenece nada más que el tuyo. Así, te toca dar y no esperar a recibir, simplemente creer que ocurrirá. Te toca querer sin esperar ser querido, te toca ver en él al único, sin saber si tu serás la única para él..
Es difícil, es duro, sí, ya lo sé, no lo he inventado yo. Pero, no te queda otra, ésto no es como ir al puente Milvio y cerrar un candado prometiendo amor eterno, no. Ésto es la vida real, y me temo que nunca vas a estar segura de nada que no sea de lo que tu sientes.