Tú lo tienes claro. Yo no. Tú no entiendes mi indecisión, yo tampoco. Respetas mi forma de vivir, de ir y venir, de querer y odiar, y yo, yo la detesto.
Que no se lo que quiero, ni lo que he querido, ni lo que querré. En cambio, sí se lo que quieres tú, a mi.
Qué irónico suena todo cuando me paro a pensar, cada situación es un eco en mi mente, y aún así, sigo sin poder hacer nada.
Lo siento, soy incapaz de hacer planes, sólo me limito a ver que ocurre en el minuto en el que me encuentro. Espero que puedas entenderlo, al fin y al cabo, lo llevas haciendo siempre.
c.
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