
Recordaba momentos vividos y le provocaban un suave cosquilleo a lo largo de su bronceada piel. Sabía que miles de cosas podrían superar aquellos momentos, pero al fin y al cabo, éstos, eran suyos.
Era consciente de que rechazando algunas cosas todo podría ser más divertido, que diciendo "no" a ciertos asuntos, la vida quizá tendría más emoción, pero aún así, estaba tan cómoda con lo que tenía.
Tenía un amor siemple, sin complicaciones. Tenía besos a todas horas de esos que te quitan la respiración. Tenía a alguien a quien coger de la mano para pasear, tenía con quien prometer miles de cosas impensables. Tenía muchas cosas tan sencillas, que decidía rechazar todo lo complicado. Y eso, le provocaba una pequeña sonrisa de Amélie.
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